
Caminamos por los senderos de Lagunitas, ese rincón de Comala donde el bosque respira lento y los caminos parecen susurrar historias antiguas. Cada paso crujía entre hojas húmedas y raíces que se entrelazan como si el bosque guardara secretos que solo algunos podían escuchar.
Tomamos el camino de abajo, hasta llegar al brebadero, donde el agua guarda reflejos que cambian con la luz, como si en su superficie pasaran las memorias del pueblo y los ecos de generaciones enteras. Al regresar, pasamos por las piedras que muestran el paso del tiempo, gastadas por miles de pasos, lluvias y soles, y sentimos que cada una contaba su propia historia, aunque nadie pudiera descifrarla del todo.
Luego seguimos por el camino de arriba, tan alto que casi rozamos el ejido vecino. Allí, como si la montaña quisiera presumirnos su riqueza, vimos hongos de todos los colores y formas: pequeños, gigantes, discretos, atrevidos. Cada uno parecía tener un relato que contar, una broma escondida o un misterio antiguo que permanecía solo para los ojos que saben mirar.
Pero lo verdaderamente mágico ocurrió después. La neblina empezó a bajar desde lo alto, suave y silenciosa. No llegó de golpe, sino despacio, como si quisiera preguntarnos si podía entrar. Y cuando lo hizo, nos envolvió a todos. No veíamos más allá de unos pasos, y en ese instante, el mundo dejó de ser montaña y se convirtió en abrazo. Era un abrazo del bosque mismo, del tiempo y del misterio que Lagunitas guarda en cada rincón.
Lagunitas, con su historia ligada a Jesús Ayala y Vicente Jiménez —quienes fundaron el ejido y dejaron raíces profundas—, sigue siendo tierra de calma, belleza y secretos. Hoy, además de sus cabañas, restaurantes y senderos para caminar o pedalear, guarda un tesoro natural que cada agosto celebra en la Feria del Hongo, cuando la comunidad se llena de visitantes que buscan el sabor, el color y la leyenda de sus bosques.
Dicen que quien ha caminado por Lagunitas y sentido el abrazo de su neblina, regresa… aunque sea en sueños.
Por eso, Comala es un Pueblo Mágico que te invita a regresar.
Fotografías del increíble fotógrafo Christian Villicaña
Esto es una narración fantástica inspirada en dichos y narraciones de la gente, algunos personajes fueron creados para dramatización y a otros se les cambió el nombre para guardar sus secretos, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.